jueves, 7 de febrero de 2013

Cafe Racer History II: Las carreras (1)





Este panorama hace surgir un movimiento fundamental en la aparición de los café racers : lo que en inglés se llamó la Youth Culture, la cultura de los jóvenes, que se veían reflejados en éstos antihéroes como vehículos para luchar contra la sociedad preestablecida, para la que el rock n roll era una amenaza.

Vamos a las carreras en sí : dos tipos y una meta.  Por un lado estaban las café racers , que consistían en ir de uno a otro café, y por otro lado las record racers : echabas una moneda en la juke box, te subías a la moto, ibas hasta la siguiente rotonda y volvías antes de que se acabara la canción.
Falta el ingrediente principal, la meta, hacer el Ton. El ton era llegar a las cien millas por hora, 166 km/h, velocidad muy considerable para la época.
Sólo un dato, en 1948 aparece el Jaguar XK 120. Se le puso ese nombre porque podía alcanzar las 120 millas por hora, ¡lo que lo convertía en el vehículo de producción en serie más rápido del mundo!


Jon Covington, moto-periodista británico lo describió perfectamente en los sesenta :


No hacián el ton en un circuito o en una carretera rural recta y llana, lo hacían en la North Circular Road o en el Watford Bypass, o en la M1 Expressway. No lo hacían a plena luz del día, cuando no hay tráfico o el pavimento estaba seco. Lo hacían por la noche, cuando se desafiaban a un burn-off (el que pierde se jode, fuera pasta, la moto o la chica, esta anotación es mía),  El aire era húmedo y las luces largas de sus motos no eran útiles por encima de las 60 millas por hora. E iba a haber camiones y coches de todos los tamaños en la carretera. Entonces, chaval, es cuándo hacias el ton




    Ambas modalidades no hubieran existido sin los clubs o cafés de carreteras que nacen en este momento. Por encima de todos ellos destaca el Ace Café, en la North Circular Road de Londres, reabierto en la actualidad tras unos años cerrado y que a principios de los sesenta podía llegar a reunir hasta un millar de motos ( lo escribe Mike Clay en su libro Cafe Racers). Hubo otros muchos : Bussy Bee, Nightingale, Johnson's, Cafe Racer Sun, Jack's Hill, Squires Coffe Bar ... , donde las conversaciones en las mesas ( normalmente atornilladas al suelo como las sillas ) giraban alrededor de los ídolos del momento como Giacomo Agostini o sobre todo Mike The Bike Hailwood (quien curiosamente murío en accidente de coche alos 41 años en 1981) y sus hazañas en los circuitos de Malory Park, Brands Hatch, Donnington Park o el de la Isla de Man, que en ese momento era puntuable para el Campeonato del Mundo.
Hasta que alguien llegaba y los desafiaba ....








Interior del Ace Cafe


Exterior del Bussy Bee


Bussy Bee 


El mítico Paul Dunstall es el que lo cuenta : 
Con una Vincent Rapide en mi punto de mira, salgo del Johnson's Café y entro en la A20, tumbado sobre el depósito, revolucionando las marchas a tope a lo largo de la desierta A2. Paso a la altura del circuito de Brands Hatch, con el velocímetro de la Dominator marcando 120 mph, tomando la larga curva a la izquierda que lleva a lo que hoy conocemos como la Colina de la Muerte. Entonces la aguja del velocímetro se acerca lentamente a las 125 mph al bajar la colina, manteniendo la velocidad a tope hasta el punto de frenada, reduciendo a tercera para tomar la curva a la izquierda de Knats Valley. Suelto el acelerador y paso por el cruce de Farmingham a 90mph, manteniendo la velocidad en la larga bajada hacia Swanley. Entonces me enderezo reduciendo la velocidad al aproximarme al Burmac Café. Miro hacia atrás para comprobar dónde está el de la Vincent, saludándolo con la mano o la cabeza en reconocimiento del terrorífico desafío.












Después del anochecer íbamos más lejos por la A20, hasta la milla loca, para correr a toda velocidad desde los semáforos de Mottingham,  bajando hasta el Dutch House Pub café. Recordándolo ahora, me doy cuenta de que el término Café Racer ni siquiera se había inventado, pero es una perfecta descripción de lo que estaba pasando. Los jóvenes se reunían para divertirse, en los pocos lugares donde las chaquetas de cuero, las motocicletas ruidosas y los tupés eran bienvenidos en la Inglaterra de los 50.

1952 Vincent C Rapide 998 cc


1953 Norton Dominator 500 cc

Cuenta Mike Seate, escritor y periodista que ha seguido el movimiento durante más de dos décadas, que cuando volvían a los Cafés, los camioneros se reían de ellos diciéndoles : No eres un corredor de verdad, no eres un Barry Sheen, tan sólo eres un corredor de Café. Se quedaban pensando y les contestaban : tienes toda la razón, soy un café racer. Y el nombre cuajó, lo adoptaron a pesar de que en un principio era un término despectivo.

                                                                                                       
                                                                                                         Continuará por supuesto






















































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