Podría buscar las más bellas palabras para expresar dolor y solidaridad,
pero me sonarían vacías.
Nada devolverá sus vidas. Nada consolará a sus padres.
Ni siquiera el tan manido paso del tiempo podrá hacer otra cosa que
mitigar levemente su dolor.
Pero lo más triste, si es que algo puede serlo, es que ni siquiera las
lágrimas de un presidente delante de sus ciudadanos servirán para algo.
Lo más triste es que la desaparición de tantas vidas doblemente inocentes
no hará que las cosas cambien,
y podrán seguir comprándolas libremente amparándose en el derecho a
defenderse.
¿ Y quién defiende a Daniel, a Josephine, a Chase, a Charlotte, a Olivia,
a Dylan, a Madeline, a Catherine, a Jesse, a Ana, a James, a Grace,
a Emilie, a Jack, a Noah, a Caroline, a Jessica, a Avielle, a Benjamin,
a Allison ?
Sólo tenían seis y siete años y no podían defenderse ...
Dawn, Mary, Anne, Lauren, Rachel y Victoria lo intentaron ,,,
pero no pudieron.
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